Poema 1
Cuerpo de
mujer, blancas colinas, muslos blancos
Te pareces al mundo en tu actitud de entrega
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
Y hace saltar el hijo del fondo de la tierra
Fui solo como un túnel. De mi huían los
pájaros
Y en mí la
noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirle
te forje con un arma,
Como una flecha en mi arco, como una piedra en mi onda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de
piel, de musgo, de leche ávida y firme.
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y
triste!
Cuerpo de
mujer mía,
Persistirá
en tu gracia.
Mi sed, mi
ansia sin límites, mí camino indeciso!
Oscuros causes
donde la sed eterna sigue,
Y la fatiga
sigue y el dolor infinito
Poema 2
En su llama
mortal la luz te envuelve
Absorta,
pálida doliente, así situada
Contra las
viejas hélices del crepúsculo
Que entorno
a ti da vueltas.
Muda mi
amiga,
Sola en lo
solitario de esta hora de muertes
Y llena de
las vidas del fuego,
Pura
heredera del día destruido.
Del sol cae
un racimo en tu vestido oscuro.
De la noche
las grandes raíces
Crecen de
súbito desde tu alma,
Y a lo
exterior regresan las cosas en ti ocultas.
De modo que
un pueblo pálido azul
De ti recién
nacido se alimenta.
Ho grandiosa
y fecunda y magnética esclava
Circulo que
un negro y dorado sucede:
Erguida,
trata y logra una creación tan viva
Que sucumben
sus flores, y llena es de trizteza
Poema 3
Ah vastedad
de pinos, rumor de las olas quebrantándose,
Lento juego
de luces, campana solitaria,
Crepúsculo
cayendo en tus ojos, muñeca,
Caracola
terrestre, en ti la tierra canta!
En ti los
ríos cantan y mi alma en ellos huye
Como tú lo
desees y hacia donde tú quieras.
Márcame mi
camino en tu arco de esperanza
Y soltare en
delirio mi bandada de flechas.
En torno a
mi estoy viendo tu cintura de niebla
Y tu
silencio acosa mis horas perseguidas,
Y eres tú de
piedra transparente
Donde mis
besos anclan y mi húmeda ansia anida.
Ah tu voz
misteriosa que el amor tiñe y dobla
En el
atardecer resonante y muriendo!
Así en horas
en horas profundas bajo los campos he visto
Doblarse las espigas en la boca del viento.
Poema 4
Es la mañana
llena de tempestad
En el
corazón del verano.
Como
pañuelos blancos de adiós viajan las nubes,
El viento
los sacude con sus viajeras manos
Innumerable
corazón del viento
Latiendo
sobre nuestro silencio enamorado
Zumbando
entre los árboles, orquestal y divino
Como una
lengua llena de guerras de cantos.
Viento que
lleva rápido robo de hojarasca
Y desvía las
flechas latientes de los pájaros.
Viento que
la derriba en ola sin espuma
Y sustancia
sin peso, y fuego inclinado.
Se rompe y se sumerge su volumen de besos
Combatido en
la fuerza del viento del verano.
Poema 5
Para que tú
me oigas
Mis palabras
Se adelgazan
a veces
Como las
huellas de las gaviotas en las playas.
Collar, cascabel
ebrio
Para tus
manos suaves como las uvas.
Y les miro
lejanas mis palabras.
Más que mías
son tuyas.
Van trepando
en mi viejo dolor con las yedras.
Ellas trepan
así por las paredes húmedas.
Eres tú la
culpable de este juego sangriento.
Ellas están
huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo
llenas tú, tú todo lo llenas.
Antes que tú
poblaron la soledad que ocupas,
Y están
acostumbradas más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
Para que tú
las oigas como quiero que me oigas.
El viento de
la angustia aun las suele arrastrar.
Huracanes de
sueños aun a veces las tumban
Escuchas
otras voces en mi voz dolorida.
Llantos de
viejas bocas, sangre de viejas suplicas.
Ámame,
compañera. no me abandones. Sígueme.
Sígueme,
compañera no me abandones en esa ola de angustia.
Pero se
van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo
ocupas tú, tú todo lo ocupas.
Voy haciendo
de todas un collar infinito
Para tus
blancas manos, suaves como las uvas.
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